jueves, 20 de abril de 2017

Arrivederci Roma


El año pasado iniciamos una nueva forma de viajar; en familia. El destino fue la maravillosa ciudad de París pero el resultado del viaje no fue el mejor posible. Mis acompañantes demasiado vagas y yo demasiado estúpido, para resumirlo brevemente.

Después de varias dudas por ambas partes nos decidimos darnos una nueva oportunidad y volver a intentarlo. No sólo íbamos a ser los 5 del año pasado si no que este además se unían 2 primos míos. Total, 7 personas, de la misma familia, con sus rarezas y manías, viajando a Roma.

Nos hospedamos en un buen apartamento cerca del Vaticano. Unos 900 euros por 3 noches. Camas grandes, 2 baños, cocina totalmente equipada. El lugar ha estado muy bien. Un acierto total.

Esta vez, a diferencia de los anteriores, no me pasé a la hora de buscar información y posibles lugares de interés. Algunos monumentos y algo de historia y poco más. Esta vez mi hermana hacía un poco el papel de guía ya que ella ya había estado anteriormente. Así me quitaba un poco de presión.

El plan era pasar 3 días enteros y volvernos el cuarto a media tarde. En esas horas debíamos ver lo máximo posible. Tarea por otra parte complicada cuando vas a visitar una gran ciudad.

Durante el viaje de algo más de media hora desde el aeropuerto al centro en autocar te das cuenta de que Roma parece estar anclada varias décadas atrás. Había un sabor añejo, una aparente dejadez, suciedad en forma de polvo adherido a las fachadas de edificios viejos (y no me refiero a los de la antigua Roma), sino a los que eran habitados por gente de hoy en día.

Nada más llegar al apartamento dejamos las maletas y nos largamos -andando- al Vaticano. una inmensa vuelta (al equivocarnos por donde subir, jeje) y llegamos a la Plaza de San Pedro. Espectacular explanada donde dicen que caben unas 300.000 personas. El edificio, la basílica, imponente por su tamaño y significado, seas o no creyente.

Lamentablemente no pudimos entrar en ella ninguno de los días...

Seguimos el tour por la Via della Conciliazione hasta el castillo de Sant' Angelo, bordeamos el Tíber hasta el Ara Pacis y el mausoleo de Augusto. Paseamos por algunas de las calles más caras; Via del Corso y Condotti. La turística (y poco más) Plaza de España. Llegamos hasta la Piazza del Popolo con uno de los 13 obeliscos egipcios que hay en Roma. Desde allí subimos a la bonita Villa Borghese, parque donde pasear, relajarse ya sea en familia o con tu pareja y todo eso.

Volvemos a bajar hacia la Plaza de España, por ser centro de la zona. Allí aprovechamos por comer unos trozos de pizza y tomar algo. Más tarde seguimos el camino en busca de la Piazza Navona, visitamos el increíble Panteón de Agripa (una de las joyas del viaje) y finalmente nos acercamos a la Fontana di Trevi. Total; unos 23 kilómetros el primer día. Jeje.

El sábado el plan era pasar nuevamente por el Vaticano y a mediodía entrar en los Museos Vaticanos. Como teníamos entrada comprada y hora de entrada la cosa fue rápida. La cola daba vuelta a 2 trozos de la muralla de la Plaza de San Pedro.

En los Museos Vaticanos pudimos ver varias cosas interesantes; desde la zona egipcia hasta la mundialmente celebrada Capilla Sixtina. Espectacular! A pesar de la vigilancia y las continuas prohibiciones de no hacer fotos ni grabar videos pude hacer las mías.
También comentar algo sobre lo que mucha gente me había hablado: "cuando vas al Vaticano y ves todas esas obras, el valor que tienen y lo que podrían hacer para paliar el hambre y bla bla bla", pues si; podrían hacer mucho por lo del hambre pero tampoco era algo brutal. ¿Habéis estado en el Louvre? ¿Y en el Museo Británico? Pues eso; una colección más o menos cuca si la comparamos con las de estos dos lugares.

Al salir de los Museos, a las 3 horas más o menos, nos dirigimos hacia la isla Tiberina, cruzamos a la otra orilla junto al lado del Puente Roto (también pasamos junto al de Fabricio) y nos acercamos a la iglesia de Santa María in Cosmedin para meter la mano en la "Bocca della Verità" (o lo que podría haber sido una cloaca en la antigüedad). Por allí también estaba el templo de Hércules.

Volvemos a cruzar de orilla y entramos en el barrio del Trastevere, unas de las zonas más bohemias de la ciudad. Allí también parecía que el tiempo se había detenido mientras paseabas por estrechas calles empedradas con sus plantas en las ventanas. Tomamos algo en un bar para después seguir explorando el lugar y buscar cual sería el restaurante donde cenar esa noche. Tras mirar por internet varias opciones nos decidimos por "Otello". Sólo diré que en mi vida he comido una pasta como esa.

Pedimos varios platos diferentes y probamos de todos. Eso mientras los camareros y el "showman" de la entrada (Danilo) montaban su espectáculo. Una velada genial.

Después de la cena un largo paseo para bajar todo aquello y buscar el metro para volver a casa. Ese segundo día casi llegamos a los 20 kilómetros.

El domingo estaba reservado para la antigua Roma. Metro dirección al Coliseo y nada más salir de la estación; bang! Ahí te encuentras a ese coloso que aún hoy en día, casi 2000 años después, aún impone.

Se calcula que allí podrían haber perdido la vida unas 200.000 personas en los casi 500 años que estuvo en "funcionamiento". Brutal.
Verlo en su estado actual es como ver el esqueleto de lo que hoy en día son los estadios deportivos, ya que gracias a la perfección que lograron a la hora de crearlo aún hoy en día seguimos con ese diseño.
En su momento de máximo apogeo debió ser algo tremebundo.

Desde allí seguimos paseando por la historia pero en este caso lo que venía a continuación era más un ejercicio de imaginación dado su estado de auténtica ruina. Es normal; han pasado 2 milenios y todo lo que nosotros ahora tenemos por histórico para ellos no era más que una especie de cantera cojonuda para crear sus nuevas construcciones.

El Foro Romano y el Monte Palatino, con sus restos y con lo que allí hubo, es ¿he dicho ya lo de espectacular? Pues eso; espectacular.

Lo ideal hubiera sido hacer esa visita junto a un guía o a un entendido de la historia. Yo me lo hubiera  gozado.

Toda esa zona nos la recorrimos en unas 4 horas, quizás. Al salir de allí pasamos junto al mercado de Trajano y subimos al monumental monumento dedicado a Victor Manuel II. Es colosal, también, y las vistas desde su azotea es sublime.

Al bajar nos fuimos en busca de esqueletos... pero lamentablemente la Cripta de los Capuchinos estaba cerrada ese fin de semana. Vaya pena.

Pues nada; ooootra vez hasta la Plaza España y desde allí un paseo por las tiendas de souvenirs para traer algún recuerdo que otro para regalar.

A la hora de cenar nos acercamos a la zona de la Fontana di Trevi y cenamos bien (no tanto como en Otello) en un restaurante típico de mantel de cuadros y ambiente familiar. Luego para casa. Ese día también rondamos los 20 kilómetros.

El último día no dio tiempo a nada. Ya estábamos cansados y lo único que queríamos era volver a Barcelona. Así que recogimos y salimos en dirección al aeropuerto. A las 5 de la tarde el avión aterrizaba y estábamos en nuestra tierra.

Decir que Roma me ha gustado (aunque menos que París, claro) y que el viaje no tuvo ningún momento crítico. Así que seguramente el año que viene volvamos a viajar juntos...

sábado, 8 de abril de 2017

Bruno Mars "24k Magic World Tour" - Crítica


Para escribir esta crítica sobre el concierto de ayer de Bruno Mars primeramente he viajado atrás en el tiempo y he retrocedido al 14 de noviembre del 2013. Aquel día Bruno Mars actuó en el Pavelló Olímpic de Badalona.

Repasando mi propia crítica de aquel día me ha ayudado a refrescar mis recuerdos sobre aquel show y hacer comparaciones (tan odiosas casi siempre) con el que vi ayer.

Si tuviera que resumir en un titular sería algo así como "si... pero no". Esta sería la manera rápida y facilona de contar el show en el Sant Jordi.

Ahora lo haré de forma más detallada.

Al llegar al Palau nos encontramos con que el telonero ya estaba dando su show. Se trata de Anderson Paak & The Free Nationals. Quiero destacarlo, no sólo porque ser telonero es algo complicado (ya que estás ante un gran público que viene a ver a otro y tu casi le sobras) si no porque lo cierto es que ofreció un mini concierto lleno de funk. Era curioso verle tanto cantar como rapear como tocar la batería. Eso junto a otros 2 músicos; un DJ y un bajista.

A eso de los 20:30 terminaron y comenzaron los preparativos del escenario mientras el público iba entrando lentamente, con la pachorra habitual, claro. Esto, al igual que la pésima acústica del Sant Jordi es algo que voy a repetir una y otra vez.

El concierto estaba programado para las 9 de la noche y lo cierto es que empezó 5 minutos después. Uno, leyendo algunas pseudo noticias sobre el supuesto "divismo" de Bruno habría pensado que tendríamos que estar esperando prácticamente horas. Pero estamos hablando por encima de todo de profesionales y dicho y hecho; se baja un telón blanco con una corona de 5 puntas donde ponía Mars y se apagan las luces. Había llegado el momento.

De fondo suenan unas voces con voccoder calentando al personal; "¿estáis preparados para calentaros y sudar?" y si; el púbico lo estaba desde el primer instante. Esas voces, como una infinidad de momentos más, me llevaban a más de 20 años atrás. Quizás para mucha gente que ayer asistió al concierto era algo novedoso pero en los primeros años 90 los grupos de r&b americano hacían justamente ese tipo de presentaciones.

Comienza el show con "Finesse", uno de los temas de su último álbum que cantó al completo (menos un tema, que si lo hizo en Madrid). El telón sube y deja ver un escenario en principio sencillo que fue tomando protagonismo y se iba transformando conforme pasaba el tiempo. Bruno acompañado de sus 8 compañeros/colegas, vistiendo él una especie de chandal en colores negro, blanco y amarillo y ellos un atuendo parecido en negro y amarillo. Este es otro de esos "flashbacks" a los años 90; ¿quien no recuerda a formaciones como Boyz II Men vestidos todos iguales?

El público de pie durante el 95% del concierto, bailando desde el primer tema porque lo que fuimos a ver ayer era más una fiesta que no otra cosa.

Las limitaciones acústicas del pabellón y el estilo del género de la música de Bruno, con potentes bajos y mucha percusión, hacía que el sonido por momentos sonase un tanto denso y que su voz en algunos momentos se tapara un poco. También hay que comentar que su último disco es más una colección de canciones cantadas por un grupo de Brunos que no por un solista. ¿Entendéis lo que quiero decir? Al haber tantos arreglos vocales y coros en muchas ocasiones no hay una voz limpia por así decirlo. Otra muestra de música r&b de los 90 donde todos esos juegos vocales y melodías llenaban los temas.

"24k magic" puso al gentío como loco. Casi sin un segundo de pausa entre canciones Bruno y la banda atacaba una y otra vez, sin respiro. Lo cierto es que fueron hora y media pero sin una sola pausa (a parte de un pequeño solo del teclista). Durante "24k magic" unos cañones situados por todo el estadio hicieron volar billetes de cien dólares con la cara de Bruno sobre todo el lugar. Fue muy cachondo, todavía me río al verme coger "la panoja" del suelo.

Diversión y baile. Ayer no había lugar para otra cosa y eso es de agradecer. Que te ofrezcan un show en el que vas a disfrutar y olvidarte durante un tiempo de tus problemas... pero tanta superficialidad hace que se quede un tanto vacío en cuanto al sentimiento. En el fondo te queda una sensación, sobre todo con respecto al de Badalona del 2013, que Bruno Mars no ha crecido como artista y si como "showman".

"Treasure" mantenía a la gente sin pegar el culo a los asientos. Uno de los temas más celebrados de su anterior álbum y de las pocas que han quedado en el repertorio para esta gira.

"Perm", incluso más acelerada que en el disco, sacó al James Brown que Bruno también lleva dentro y como era de esperar no fue el único grande de la música negra que estuvo presente.

En "Calling All My Lovelies", maravillosa canción por cierto, tuvo un tratamiento un tanto diferente al álbum; Bruno se colgó la guitarra y ofreció un homenaje con todas las letras a Prince mientras nosotros éramos bañados con luces de color púrpura. Fue el primer tema lento de la noche y en el que Bruno además de con la guitarra se lució con la voz en un final muy divertido cuando llamaba a la chica para suplicarle y esta no le cogía el teléfono. Además un precioso efecto de láser dibujaba en lo alto del Sant Jordi una especie de mar de luces. Fue uno de los mejores momentos de la noche.

Pero volvió el ritmo. Con "Chunky" esa oda a las chicas gorditas y al funky molón, "That's what I like", su actual single y "Straight up & down", tema que me encanta en el disco pero que en directo no me llegó. Estas les sirvieron para hacer algunas coreografías con pasos que habías visto en videos de cuando se bailaba... allá por los años 80 y 90.

"Versace on the floor" fue la segunda balada de la noche. Mi preferida de "24k Magic" y que puso a Bruno en un pedestal... literalmente. En un número similar al que en la otra gira hacía con "Our first time" (también una maravilla de este estilo), Bruno se quedaba como centro de la acción con su voz como protagonista. Aunque en esta ocasión el escenario, que parecía tener vida propia, también le acompañó a la vez que unas columnas amarillas (color oro Versace) bajaban del cielo. Se pegó unas cuantas regaladas vocales pero a mi, que la esperaba con mucha expectación, no llegó a ponerme la carne de gallina. De hecho en ningún momento del show me pasó y eso a mi me dice mucho.

Tras este momento íntimo vino la parte más floja de la noche. Uno no entiende como temas absolutamente geniales como "Gorilla" o "Moonshine" se queden fuera del repertorio y bobadas como "Marry you" si estén. Pero claro; luego te das cuenta de que a pesar de que entre el público había gente de todo tipo, quizás sean las adolescentes su público más numeroso. Y hombre; cantarles eso de ¿tal vez me case contigo" pues quizás haga que ellas tengan sus primeras y dulces fantasías.

La ñoñería prosigue con "Runaway baby", canción también flojita pero que por contra tiene un número espectacular y por eso debe estar. Nuevamente James Brown a escena y un momento para el lucimiento conjunto donde todos ellos eran protagonistas. Ese guiño a los Isley Brothers de los años 60.

Y llegamos al momento cumbre de show con, a priori, los temas más importantes. "When I was your man", esa verdadera joya hija bastarda de Michael Jackson y Stevie Wonder y en la que Bruno se deja medio alma o al menos lo parece. Un mar de teléfonos móviles en lo que en otros tiempos eran mecheros entre el público y acompañando a su voz en todo el escenario el teclista. Pero aquí tampoco se me puso piel de pollo... a pesar de ser una GRAN interpretación.

"Grenade" y "Just the way you are" fueron las siguientes. Sus 2 primeros singles como solista (sin ninguna colaboración) y sus 2 primeros números 1 en la lista de Billboard, allá por 2010. En la anterior gira eran temas que tenían un fuerte apoyo visual pero en esta ocasión casi quedaban como las menos trabajadas. "Grenade" con luces rojas e incluso trompeta rollo Tex-mex sonó rara (pero en el buen sentido) a pesar de no ser un tema que me atraiga demasiado. "Just the way you are" fue cantado por todo el estadio y además sirvió para presentar a los miembros de la banda en un final alargado.

Ya que los nombro, decir que la banda la formaban batería, teclas, guitarra, (endemoniado) bajo, 3 chicos para todo que cantaban, bailaban y tocaban los metales y su colega Philip Lawrence que también canta, baila y hace como de M.C.

En este instante Bruno y la banda se despide, sabiendo todos nosotros que aún quedaban lo que en el pasado se conocía como "bises" y ahora se llama "encore" (nota curiosa, nada más).

2 o 3 minutos después estaban de vuelta para los 2 últimos números de la noche (aunque yo esperaba que fueran 3); "Locked out in heaven" y "Uptown funk".

Para nuevamente hacer una odiosa comparación, cuando ibas a ver a Michael Jackson y sabías que el siguiente tema era "Billie Jean" literalmente empezabas a tener sudores fríos, porque sabías que se te venía encima un momento épico, no importara cuantas veces la hizo en su vida, cada vez era especial porque era EL TEMA. Uno espera algo parecido a "Locked out in heaven" que aunque no sea "Billie Jean" es un tema capital en la carrera de Mars y si me dices que escoja entre las 5 mejores de ayer pues no la meto y no sé yo si entraría entre las 10. Otra vez te quedas con una sensación extraña, como de tema pasajero sin un tratamiento especial, como si al ser ya un tema muy famoso ya bastara con ello.

Y finalmente "Uptown funk", esa burrada funky que se sacaron Bruno Mars y Mark Ronson hará un par de años y que reventó las listas de todo el mundo. Esa vuelta de tuerca al sonido retro que ha servido para hacer un álbum como "24k Magic" que me encanta pero que no ofrece nada nuevo. Bruno Mars no está para revolucionar el mundo de la música. Eso está al alcance de muy pocos artistas en la historia y él es, quizás, casi con total seguridad, el mejor del momento, pero eso no lo eleva -por mucho pedestal que saque- al verdadero Olimpo de los Dioses musicales.

Durante "Uptown funk" unos cañones inundaron de confeti el sitio. No recuerdo bien en que tema fue, unas llamaradas de fuego realmente espectaculares salían por detrás del escenario, la lluvia de billetes, las columnas mágicas voladoras, el láser reflejado en el techo,... fue un apabullante despliegue técnico para un espectacular show "de luz y de color" que cantaría aquella, y ritmo, mucho ritmo.

Pero... ¿y el alma?

Disfruté, bailé, me divertí mucho y si viniera el año que viene volvería a ir sin dudarlo pero espero más de este tío, porque sé que lo puede dar. Ha optado por crear un show para arropar sus innegables talentos a la hora de cantar, bailar y tocar pero por momentos todos esos truquitos o añadidos le tapan y eso nunca puede pasar.

domingo, 2 de abril de 2017

La Canción De La Semana "DAUGHTER" Pearl Jam


Ya van más de 300 canciones... y eso que hay semanas (o prácticamente meses) que no estoy muy activo. Prometo que la cosa va a cambiar muy pronto; se avecina en nada la crítica del concierto de Bruno Mars en Barcelona, mi inminente viaje en familia a Roma y alguna que otra cosa más.
(No; de mi vida sexual no hablaré).

No sé porque me vino hace unos días esta canción a la cabeza; "Daughter" de los Pearl Jam. No son la banda más radiada de la historia a pesar de su enorme éxito en los primeros 90. Con sus 3 primeros discos; "Ten", "Vs" y "Vitalogy" obtuvieron (sobre todo en los USA) un brutal protagonismo, beneficiándose (o siendo en gran parte gracias a ellos mismos) de la movida del "grunge", tan bien orquestado por la MTv...

Pero ellos no quisieron seguirles el rollo y se torcieron por el camino; primero dejando de hacer videos (¿como iba una cadena de videos musicales darles cancha entonces?) y más tarde negándose a que la todopoderosa Ticketmaster timara a artistas y seguidores con sus abusivos contratos y precios.

Todo esto hizo que la llama de esta banda original de Seattle se fuera apagando y pronto dejara de impactar, aunque nunca dejó de tener seguidores que crecieron con su música. De hecho el grupo a pesar de múltiples cambios nunca dejó de hacer música y hoy en día siguen haciendo lo suyo.

Pero hoy toca hablar de esta "Daughter" de 1993.
Es un tema de esos raritos en los que la letra no acaba de explicar toda la historia. Parece ser que Eddie Vedder, cantante de la banda, alguna vez comentó que se trataba de las experiencias de una niña con ciertos problemas, ya fueran de adaptación, físicos o mentales, o incluso víctima de abusos de algún tipo. Nunca lo sabremos.

Lo que si está claro es que es un gran tema y esta semana la rescato y la elijo como "¡La Canción De La Semana!".

Feliz escucha, feliz semana.



Alone, listless, breakfast table in an otherwise empty room
Young girl, violence, center of her own attention
The mother reads aloud child tries to understand it
Tries to make her proud


The shades go down it's in her head
Painted room, can't deny there's something wrong


Don't call me daughter not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter not fit to
The picture kept will remind me


Don't call me,
She holds the hand that holds her down
She will, rise above


Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to be
The picture kept will remind me
Don't call me daughters


The shades go down
The shades go, go, go