sábado, 8 de abril de 2017

Bruno Mars "24k Magic World Tour" - Crítica


Para escribir esta crítica sobre el concierto de ayer de Bruno Mars primeramente he viajado atrás en el tiempo y he retrocedido al 14 de noviembre del 2013. Aquel día Bruno Mars actuó en el Pavelló Olímpic de Badalona.

Repasando mi propia crítica de aquel día me ha ayudado a refrescar mis recuerdos sobre aquel show y hacer comparaciones (tan odiosas casi siempre) con el que vi ayer.

Si tuviera que resumir en un titular sería algo así como "si... pero no". Esta sería la manera rápida y facilona de contar el show en el Sant Jordi.

Ahora lo haré de forma más detallada.

Al llegar al Palau nos encontramos con que el telonero ya estaba dando su show. Se trata de Anderson Paak & The Free Nationals. Quiero destacarlo, no sólo porque ser telonero es algo complicado (ya que estás ante un gran público que viene a ver a otro y tu casi le sobras) si no porque lo cierto es que ofreció un mini concierto lleno de funk. Era curioso verle tanto cantar como rapear como tocar la batería. Eso junto a otros 2 músicos; un DJ y un bajista.

A eso de los 20:30 terminaron y comenzaron los preparativos del escenario mientras el público iba entrando lentamente, con la pachorra habitual, claro. Esto, al igual que la pésima acústica del Sant Jordi es algo que voy a repetir una y otra vez.

El concierto estaba programado para las 9 de la noche y lo cierto es que empezó 5 minutos después. Uno, leyendo algunas pseudo noticias sobre el supuesto "divismo" de Bruno habría pensado que tendríamos que estar esperando prácticamente horas. Pero estamos hablando por encima de todo de profesionales y dicho y hecho; se baja un telón blanco con una corona de 5 puntas donde ponía Mars y se apagan las luces. Había llegado el momento.

De fondo suenan unas voces con voccoder calentando al personal; "¿estáis preparados para calentaros y sudar?" y si; el púbico lo estaba desde el primer instante. Esas voces, como una infinidad de momentos más, me llevaban a más de 20 años atrás. Quizás para mucha gente que ayer asistió al concierto era algo novedoso pero en los primeros años 90 los grupos de r&b americano hacían justamente ese tipo de presentaciones.

Comienza el show con "Finesse", uno de los temas de su último álbum que cantó al completo (menos un tema, que si lo hizo en Madrid). El telón sube y deja ver un escenario en principio sencillo que fue tomando protagonismo y se iba transformando conforme pasaba el tiempo. Bruno acompañado de sus 8 compañeros/colegas, vistiendo él una especie de chandal en colores negro, blanco y amarillo y ellos un atuendo parecido en negro y amarillo. Este es otro de esos "flashbacks" a los años 90; ¿quien no recuerda a formaciones como Boyz II Men vestidos todos iguales?

El público de pie durante el 95% del concierto, bailando desde el primer tema porque lo que fuimos a ver ayer era más una fiesta que no otra cosa.

Las limitaciones acústicas del pabellón y el estilo del género de la música de Bruno, con potentes bajos y mucha percusión, hacía que el sonido por momentos sonase un tanto denso y que su voz en algunos momentos se tapara un poco. También hay que comentar que su último disco es más una colección de canciones cantadas por un grupo de Brunos que no por un solista. ¿Entendéis lo que quiero decir? Al haber tantos arreglos vocales y coros en muchas ocasiones no hay una voz limpia por así decirlo. Otra muestra de música r&b de los 90 donde todos esos juegos vocales y melodías llenaban los temas.

"24k magic" puso al gentío como loco. Casi sin un segundo de pausa entre canciones Bruno y la banda atacaba una y otra vez, sin respiro. Lo cierto es que fueron hora y media pero sin una sola pausa (a parte de un pequeño solo del teclista). Durante "24k magic" unos cañones situados por todo el estadio hicieron volar billetes de cien dólares con la cara de Bruno sobre todo el lugar. Fue muy cachondo, todavía me río al verme coger "la panoja" del suelo.

Diversión y baile. Ayer no había lugar para otra cosa y eso es de agradecer. Que te ofrezcan un show en el que vas a disfrutar y olvidarte durante un tiempo de tus problemas... pero tanta superficialidad hace que se quede un tanto vacío en cuanto al sentimiento. En el fondo te queda una sensación, sobre todo con respecto al de Badalona del 2013, que Bruno Mars no ha crecido como artista y si como "showman".

"Treasure" mantenía a la gente sin pegar el culo a los asientos. Uno de los temas más celebrados de su anterior álbum y de las pocas que han quedado en el repertorio para esta gira.

"Perm", incluso más acelerada que en el disco, sacó al James Brown que Bruno también lleva dentro y como era de esperar no fue el único grande de la música negra que estuvo presente.

En "Calling All My Lovelies", maravillosa canción por cierto, tuvo un tratamiento un tanto diferente al álbum; Bruno se colgó la guitarra y ofreció un homenaje con todas las letras a Prince mientras nosotros éramos bañados con luces de color púrpura. Fue el primer tema lento de la noche y en el que Bruno además de con la guitarra se lució con la voz en un final muy divertido cuando llamaba a la chica para suplicarle y esta no le cogía el teléfono. Además un precioso efecto de láser dibujaba en lo alto del Sant Jordi una especie de mar de luces. Fue uno de los mejores momentos de la noche.

Pero volvió el ritmo. Con "Chunky" esa oda a las chicas gorditas y al funky molón, "That's what I like", su actual single y "Straight up & down", tema que me encanta en el disco pero que en directo no me llegó. Estas les sirvieron para hacer algunas coreografías con pasos que habías visto en videos de cuando se bailaba... allá por los años 80 y 90.

"Versace on the floor" fue la segunda balada de la noche. Mi preferida de "24k Magic" y que puso a Bruno en un pedestal... literalmente. En un número similar al que en la otra gira hacía con "Our first time" (también una maravilla de este estilo), Bruno se quedaba como centro de la acción con su voz como protagonista. Aunque en esta ocasión el escenario, que parecía tener vida propia, también le acompañó a la vez que unas columnas amarillas (color oro Versace) bajaban del cielo. Se pegó unas cuantas regaladas vocales pero a mi, que la esperaba con mucha expectación, no llegó a ponerme la carne de gallina. De hecho en ningún momento del show me pasó y eso a mi me dice mucho.

Tras este momento íntimo vino la parte más floja de la noche. Uno no entiende como temas absolutamente geniales como "Gorilla" o "Moonshine" se queden fuera del repertorio y bobadas como "Marry you" si estén. Pero claro; luego te das cuenta de que a pesar de que entre el público había gente de todo tipo, quizás sean las adolescentes su público más numeroso. Y hombre; cantarles eso de ¿tal vez me case contigo" pues quizás haga que ellas tengan sus primeras y dulces fantasías.

La ñoñería prosigue con "Runaway baby", canción también flojita pero que por contra tiene un número espectacular y por eso debe estar. Nuevamente James Brown a escena y un momento para el lucimiento conjunto donde todos ellos eran protagonistas. Ese guiño a los Isley Brothers de los años 60.

Y llegamos al momento cumbre de show con, a priori, los temas más importantes. "When I was your man", esa verdadera joya hija bastarda de Michael Jackson y Stevie Wonder y en la que Bruno se deja medio alma o al menos lo parece. Un mar de teléfonos móviles en lo que en otros tiempos eran mecheros entre el público y acompañando a su voz en todo el escenario el teclista. Pero aquí tampoco se me puso piel de pollo... a pesar de ser una GRAN interpretación.

"Grenade" y "Just the way you are" fueron las siguientes. Sus 2 primeros singles como solista (sin ninguna colaboración) y sus 2 primeros números 1 en la lista de Billboard, allá por 2010. En la anterior gira eran temas que tenían un fuerte apoyo visual pero en esta ocasión casi quedaban como las menos trabajadas. "Grenade" con luces rojas e incluso trompeta rollo Tex-mex sonó rara (pero en el buen sentido) a pesar de no ser un tema que me atraiga demasiado. "Just the way you are" fue cantado por todo el estadio y además sirvió para presentar a los miembros de la banda en un final alargado.

Ya que los nombro, decir que la banda la formaban batería, teclas, guitarra, (endemoniado) bajo, 3 chicos para todo que cantaban, bailaban y tocaban los metales y su colega Philip Lawrence que también canta, baila y hace como de M.C.

En este instante Bruno y la banda se despide, sabiendo todos nosotros que aún quedaban lo que en el pasado se conocía como "bises" y ahora se llama "encore" (nota curiosa, nada más).

2 o 3 minutos después estaban de vuelta para los 2 últimos números de la noche (aunque yo esperaba que fueran 3); "Locked out in heaven" y "Uptown funk".

Para nuevamente hacer una odiosa comparación, cuando ibas a ver a Michael Jackson y sabías que el siguiente tema era "Billie Jean" literalmente empezabas a tener sudores fríos, porque sabías que se te venía encima un momento épico, no importara cuantas veces la hizo en su vida, cada vez era especial porque era EL TEMA. Uno espera algo parecido a "Locked out in heaven" que aunque no sea "Billie Jean" es un tema capital en la carrera de Mars y si me dices que escoja entre las 5 mejores de ayer pues no la meto y no sé yo si entraría entre las 10. Otra vez te quedas con una sensación extraña, como de tema pasajero sin un tratamiento especial, como si al ser ya un tema muy famoso ya bastara con ello.

Y finalmente "Uptown funk", esa burrada funky que se sacaron Bruno Mars y Mark Ronson hará un par de años y que reventó las listas de todo el mundo. Esa vuelta de tuerca al sonido retro que ha servido para hacer un álbum como "24k Magic" que me encanta pero que no ofrece nada nuevo. Bruno Mars no está para revolucionar el mundo de la música. Eso está al alcance de muy pocos artistas en la historia y él es, quizás, casi con total seguridad, el mejor del momento, pero eso no lo eleva -por mucho pedestal que saque- al verdadero Olimpo de los Dioses musicales.

Durante "Uptown funk" unos cañones inundaron de confeti el sitio. No recuerdo bien en que tema fue, unas llamaradas de fuego realmente espectaculares salían por detrás del escenario, la lluvia de billetes, las columnas mágicas voladoras, el láser reflejado en el techo,... fue un apabullante despliegue técnico para un espectacular show "de luz y de color" que cantaría aquella, y ritmo, mucho ritmo.

Pero... ¿y el alma?

Disfruté, bailé, me divertí mucho y si viniera el año que viene volvería a ir sin dudarlo pero espero más de este tío, porque sé que lo puede dar. Ha optado por crear un show para arropar sus innegables talentos a la hora de cantar, bailar y tocar pero por momentos todos esos truquitos o añadidos le tapan y eso nunca puede pasar.

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