lunes, 12 de agosto de 2013

ELLAS - Mireia Belmonte


Sin duda el deporte (junto con la gastronomía y el turismo) es la base de eso que llaman "marca España"; lo que a ojos de los demás nos mantiene a flote.

Los éxitos conseguidos por nuestros deportistas en los últimos años son de destacar; brillamos en fútbol, baloncesto, tenis, coches y motos, ciclismo, atletismo y en varios deportes acuáticos. Vivimos nuestra época dorada.

Pero como en todo hay prioridades. No es lo mismo que el protagonista sea el Real Madrid aunque simplemente gane un amistoso a que nuestra selección femenina de waterpolo se cuelgue el oro en el mundial de Barcelona o que Rafa "Zzz" Nadal muerda otro trofeo/copa/medalla o polla a que Mireia Belmonte se convierta en nuestra mejor deportista femenina de la historia.

La carrera de esta badalonesa de 22 años parece que no tiene tope. Con 16 años se proclamaba campeona junior en el mundial de Rio de Janeiro en sus 2 especialidades; 400 metros libres y 400 metros estilos. Desde entonces no han parado de llegar medallas y caer records. En los juegos olímpicos de Londres del 2012 Mireia se llevaba 2 medallas de plata y en el reciente mundial de Barcelona se colgaba otras 2 platas y una de bronce, y eso que estuvo algunos meses un tanto parada en busca de entrenador y lugar de entreno.

Pero es que la tía no para, hace un par de días, en la copa del mundo en piscina corta de Berlín se convertía en la primera mujer en bajar de los 8 minutos en la prueba de 800 metros y un día más tarde volvía a pulverizar marcas al vencer en la de 400 metros libres.

Además, ¿no está riquísima? Pues eso; Mireia Belmonte a por todas!

miércoles, 7 de agosto de 2013

El Mejor Amigo Del Perro


Lloré, y mucho, cuando conocí en su momento la historia y he vuelto a hacerlo ahora al conocer el desenlace. En un mundo cada vez más atroz en el que el comportamiento del hombre se está volviendo cada vez más irracional, son ellos -los animales- los que tienen los gestos más humanos.

Esta es la bellísima historia de dos amigos.

(Noticia extraída de la edición digital del diariovasco.com)


MUERE EL PERRO SCHOEP, ICONO DE LA AMISTAD EN LA RED
- Francisco Apaolaza, Madrid


Una foto de una huella en la arena publicada en Facebook ha puesto punto final a una de las historias más tiernas de las miles que circulan a diario por la red. El cuento va de dos amigos. Uno de ellos, un perro artrítico de 19 años que solo cuando se sumergía en el agua dejaba de sentir la tortura de sus viejos huesos. El otro, un hombre que le devolvió el cariño que durante dos décadas le dio el animal y que lo mantenía a flote, en brazos. ‘Schoep’, que acaba de fallecer a los 20 años, estaba enfermo y cada día, al atardecer, John Unger lo llevaba al lago de Bakefield en Wisconsin y lo mantenía sobre el agua hasta que el perro se quedaba dormido con la cabeza en su pecho. La imagen que caza la escena, firmada por la fotógrafa Hannah Stonehouse Hudson dio la vuelta al mundo y se convirtió en un viral que habla sobre la amistad irrenunciable entre hombre y perro.
Unger cumplía esa ceremonia desde que el veterinario le dijo que el mestizo pastor que le había acompañado durante media vida sufría tremendos dolores por una severa artritis y una displasia de cadera, dos males comunes a los canes de avanzada edad. Supo también que el agua y la falta de gravedad mitigaban los pinchazos de las dos enfermedades, así que tomó a Schoep y lo introdujo el lago. Lo cogió en brazos, le susurró como a los viejos amigos y el perro se quedó dormido. Desde entonces repetía diariamente ese momento de intimidad.
Cuando los medios le preguntaron a Unger por qué lo hacía, respondió que el perro fue su compañero de aventuras durante 20 años y que cuidó de él siempre. Le estaba devolviendo el favor. Fue justamente al borde del agua cuando vivieron uno de sus momentos vitales. Fue hace mucho. John lo adoptó en un refugio cuando solo era un cachorro maltratado y desconfiado con los humanos. Tardó meses en creer en su nuevo dueño, pero se hicieron inseparables. Un año después, Unger y su novia se separaron y él cayó en una profunda depresión. Una noche, pensando en acabar con su vida, se acercó al lago. No sabe explicar cómo Schoep le hizo ver con su mirada que tenía que seguir adelante, así que dio media vuelta y juntos volvieron a casa. El perro no durmió en toda la noche. "Me estaba vigilando", explica su dueño.

Un viral directo al corazón

¿Cómo una historia tan íntima llega a dar la vuelta al mundo? La fotógrafa Hannah Stonehouse retrató el momento de Unger y Schoep y la colgó en su muro de Facebook. En pocas semanas, la compartieron millones de personas y Schoep se convirtió en un icono de la amistad en la red. Cuando hace unos meses John Unger acudió al veterinario, habían llegado centenares de donativos, premios, juguetes y medicamentos para su perro. "No sé cómo dar las gracias porque no sé quiénes son los que nos ayudan", declaró el dueño, que no sabía cuánto tiempo le quedaba junto a su amigo. "Solo sé que siempre estaré ahí para ayudarle". Cumplió hasta el final con esa tarea. “Respiro, pero no me llega el aliento”, ha escrito Unger en su despedida en Facebook.