miércoles, 14 de junio de 2017

Con La Música A Otra Parte... O A Todas Partes


Este Sanyo M-9820k fue nuestro "loro" durante años. Lo habíamos comprado en los bazares del puerto de Barcelona, en aquellas tiendas tan alucinantes que parecían tener de todo, y más para un niño como yo.

Serían los años 83-84. Recuerdo como era el sonido de aquel radiocasete; potente y limpio. Luego vinieron otros pero ninguno sonó como ese Sanyo.

En esos años recuerdo que podías llamar a "Los 40 Principales" y pedir alguna canción y dedicarla. Que tiempos! Yo llamaba, y claro está pedía canciones del "Thriller" de Michael Jackson. Y si no mandaba a mi hermana hacerlo y que me la dedicaran. Jaja! Le pedíamos los temas a Fernandisco! Y llegó un momento que el tío me reconocía. Un crío de 7 años pidiendo a Michael Jackson.

Mi tía Presen me había regalado la cinta de "Thriller" y creo que lo debimos haber escuchado unas 2 veces al día durante 3 o 4 años. Fácilmente unas 3 o 4000 veces...

Para los de hoy en día deciros que en aquellos tiempos era la forma en la que escuchábamos música. Nada de Cd's (que empezaban a salir en aquellos días pero que tardarían en llegar a nuestro país) y por supuesto los Mp3 no eran ni un sueño.

Por no tener no teníamos ni Walkman, que también eran un artículo de superlujo. Teníamos nuestros grandes radiocasetes y la música la escuchábamos en casa, solos o en familia.

Recuerdo en ese aparato escuchar una cinta de psicofonías del Doctor Jimenez del Oso y pasar un miedo terrible. Estando una tarde de invierno en casa, poco después de las 5 de la tarde, al volver del colegio, un compañero me la dejó y con la casa vacía ponerme a escuchar aquellas grabaciones que repetían 3 veces cada una. Y mientras miraba hacia el cuarto de mis padres que quedaba oscuro. Creo que cosas así ya no se viven de la misma manera hoy en día. Ni los sustos ni la música.

Recuerdo que con la radio venía una cinta de regalo, un casete que tenía tan solo 2 canciones, una en cada cara. En la primera estaba la sinfonía nº40 de Mozart pero tocaba con sintetizadores. He buscado cientos de veces esa pieza porque era espectacular, pero no he tenido suerte.
En la cara b había una canción que llevaba por título "My Bonnie", también tocada por teclados y que nadie cantaba y años después supe que se trataba de "My Bonnie lies over the ocean" que es un tema tradicional escocés que ha sido versando por infinidad de artistas de todo tipo.

Los buenos momentos que nos dio esa máquina llegaron a su fin un día en el que mi señor padre decidió darle mejor vida saltando como un mono sobre él en uno de sus idas de olla. Como le echo de menos... con lo bien que sonaba...

Tiempo después mi señor padre me llevó al Carrefour ¿o era Pryca ya? ¿o Carrefour nuevamente? bueno, lo que sea, me llevó allí a que eligiera otro y yo me aproveché del momento y me fui de allí con 2; uno para mi y otro para mi hermana. Y los 2 diferentes y con ¡doble platina! Ahora ya no tendríamos que hacer "manualidades" para grabar cintas con canciones de la radio. ¿Quien dice que la piratería es algo de hace algunos pocos años?

Por aquel entonces la gente normal, o al menos nosotros, no solía comprar muchos discos. Alguna que otra cinta en gasolineras (mi madre aún tiene de Isabel Pantoja y hace poco que tiró algunas de chistes de Arébalo y Eugenio) y casi como de un evento único se tratara muy de vez en cuando un álbum nuevo. De hecho yo me compré el "Bad" de Michael Jackson casi 2 años después de salir a la venta. Hasta entonces había estado tirando de una copia.

El nuevo radiocasete no tuvo el éxito del anterior pero también tuvo su uso. Siempre estuve rodeado de música o incluso en alguna etapa de algún programa deportivo.

A mediados de 1991 ya di el salto definitivo y me pasé a la "alta fidelidad" o lo que es lo mismo un equipo de música de aquellos tochos con su mueble y todo. Era un Sony y creo que me costó unas 40000 pelas. Bueno, eso de que me costó se refiera a convencer a mi madre para que ella lo pagara claro.

Se compró y se puso en mi habitación porque estaba claro quien era de la casa el que no podía estar sin música y además por aquel entonces había pasado de aquella casete de "Thriller" regalada o tener más de 20.

Pero ese año, con la nueva adquisición comencé a comprar vinilos. De hecho compré como 10 o 12 de golpe en una magnífica tienda que había en la calle Pelayo ¡antes de tener el equipo en casa!

Mi primer disco nuevo, actual, en vinilo fue el "Diamonds & Pearls" de Prince a finales del 91. Para primeros de año me compré el reproductor de Cd's y entonces ahí la música pasó a ser mi hobbie por delante del baloncesto, que era mi otra pasión.

Y así hasta estos días. No puedo decir que tenga una colección que ocupa toda una habitación (que me gustaría) pero no me puedo quejar, la verdad.

Y todo gracias a aquel radiocasete Sanyo.