martes, 16 de diciembre de 2014

Las Torturas De La C.I.A.



El pasado 9 de diciembre el SSCI que es el organismo que "vigila" o controla a las diferentes agencias u oficinas de seguridad, inteligencia o defensa norteamericanas, hacía público un resumen de algo menos de 600 páginas de una investigación que originalmente consta de más de 6.000, que costó unos 6 millones de dólares y que han llevado a cabo -con todo tipo de impedimentos por parte de la C.I.A.- en los últimos años con respecto a los métodos de interrogación que esta agencia (la C.I.A.) utilizó en Afganistán e Iraq.

El escándalo ha sido mayúsculo en todo el mundo, aunque también hay que apuntar que para el ciudadano norteamericano ni les ha pillado por sorpresa y -lo que es peor- tampoco les ha quitado el sueño. Algunos nombres importantes como el ex-vicepresidente Dick Cheney o antiguos directores de la C.I.A. han querido justificar tales barbaridades ya que según ellos se han logrado importantes resultados...

En esas 600 páginas se detallan (y eso que es un resumen parcial y censurado) de algunas de las maneras que tenían estos animales de obtener información de los interrogados. Burradas tales como encerrarlos en pequeños ataúdes y tenerlos allí durante días, utilizar la técnica del ahogamiento, privación del sueño por más de 180 horas, violencia física y psicológica y un sinfín de torturas. Incluso dejaron morir de frío a un hombre.

Tremendo, cuando además según estudios que se han realizado recopilando datos de diferentes guerras, la tortura no sirve como método para obtener información decisiva, tan sólo obtienes del torturado lo que tu quieres oír.

Pero es que además esta historia tiene miga, mucha más miga. Parece ser que hay un antes y un después (incluso para la C.I.A.) del 11S. Antes del "atentado" de las Torres Gemelas y el Pentágono los agentes interrogadores de la C.I.A. era gente muy preparada pero que tan sólo se tenían que enfrentar a unos pocos "enemigos" al año. Tras el 11S los Estados Unidos tenían millones de posibles enemigos a los que intentar interrogar y entonces no daban abasto.

¿Que pasó? Pues que 2 listos crearon uno de esos negocios redondos. James Mitchell y Bruce Jessen eran 2 psicólogos que trabajaban para el ejército del aire. Su trabajo era adiestrar a los pilotos ante una posible situación de ser capturados por el enemigo, a no decir nada, a mantener la boca cerrada.

Pues bien, estos 2 tipos viendo como estaba yendo la cosa crearon en 2005 la empresa Mitchell Jessen Y Asociados. Ellos ofrecían sus servicios; métodos de interrogatorios, formar a gente, montar los centros e ir un poco más allá y la C.I.A. que estaba falta de personal les contrató por el módico precio de 81 millones de dólares...

Parece ser que incluso un ser tan despreciable como George Bush, presidente en aquellos momentos, se "enteró" de que se estaba torturando a los prisioneros y aquello no le pareció correcto. Al intentar hacer algo al respecto parece ser que le aconsejaron no querer saber demasiado sobre lo que la C.I.A. hacía...

¿El fin justifica los medios? ¿Se saca algo positivo contra el terrorismo con estas acciones? ¿Están creando futuros enemigos? ¿Son más salvajes los que decapitan o los que torturan durante horas o incluso días?

Mundo podrido, eso seguro.

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