martes, 8 de abril de 2014

Historias para no dormir


No, no voy a hablaros del gran Chicho Ibañez Serrador. Los miedos que a continuación os voy a relatar son míos y son reales. Alguno podrá decir que son simples chorradas (y tendrá razón) pero estas historias quizás sean, en parte, las causantes de que duerma tan mal como lo hago.

No son pesadillas las que me impiden descansar en condiciones, aunque lo cierto es que desde que vivo  solo ya no veo el programa de Iker Jiménez en directo, de madrugada, y lo hago entre semana y a plena luz del día. En cuestión de sueños, son muchos de ellos negativos, pero no me como la cabeza debido a ellos. ¡Sólo faltaría también hacerlo en ese estado!

Digamos que mis miedos son más terrenales y tal vez tengan más que ver con crecer y las implicaciones que conlleva.

De pequeño no fui un niño excesivamente miedoso; lo normal, digo yo. Recuerdo haber pasado mucho miedo con la película "Phantasma" y con "el hombre alto", de no poder ver hasta que fui más mayor el inicio y el final del vídeo de "Thriller" y de haber pasado una tarde de verdadero pánico en casa de mis padres mientras escuchaba un cassette de psicofonías presentado por el gran Jiménez Del Oso. Pero todos aquellos miedos eran compatibles con un chaval de entre 7 y 10 años. Incluso miedos tan reales y diferentes como salir a la pizarra en clase de matemáticas (puro horror) eran simplemente momentos pasajeros. Lo pasabas mal en ese instante y te olvidabas hasta la próxima.

Pero me fui haciendo mayor y la cosa se iba complicando. Siendo adolescente pasé una época dolorosa en la que cuando llegaba la noche me entraba siempre el mismo pensamiento; en ser enterrado vivo o en morirme directamente. ¡Y yo esperando que esa etapa fuera un no parar de poluciones nocturnas!

Finalmente aquel pensamiento acabó desapareciendo; el primero era casi imposible que se diera en este mundo en el que vivimos y lo descarté, el otro; el morirse, fue algo con lo que vas apechugando porque no te queda otra y lo cierto es que a día de hoy podría decirse que he perdido el miedo a morirme. Lo que no aguanto es el dolor.

Siendo chaval cometes locuras. No sé si lo habré comentado alguna vez en un post de estos pero una de mis mayores fue en casa de un amigo de juventud; Jaime. Vivía en mi calle, varios portales más adelante y muchas tardes me iba a su casa a jugar. Él vivía en un quinto piso (al igual que yo ahora) y tenía una enorme terraza, con una valla un poco más baja que la de los típicos balcones.
Bien, la tontería fue saltar la valla y pasar a lo que es el techo del balcón del piso que había abajo, se entiende ¿no?, pues eso; ya me ves a mi, pequeño gilipollas encaramado a unos 15 o 18 metros de altura haciendo movimientos pélvicos y riéndome con mi colega.

Aquello no dejó de ser una gran tontería en aquel momento, pero hoy en día significa uno de mis miedos. Cuando ahora salgo a mi balcón recuerdo aquel instante y me entra un vértigo atroz, cuando yo mismo he realizado en mi vida laboral 2 ascensos a 2 torres de casi 100 metros de altura para comprobar la iluminación u otras acciones con el cinturón de seguridad colgado del cuello porque no había donde engancharlo. Ahora pienso en todo aquello y no comprendo como no bajé a linchar al encargado.

Entonces ¿es vértigo lo que tengo? Pues yo diría que no cuando he estado en todo lo alto de la torre Eiffel (más de 300 metros) sacando la cabeza y haciendo fotos al vacío y disfrutando de la vista de la ciudad de París.

Pero todavía hay más: ¿habéis visto en YouTube alguno de esos vídeos de peña que se sube a lo alto de edificios sin ningún tipo de seguridad? Pues no puedo con ellos. Lo paso fatal y eso que se que al tío no le pasa nada porque ha grabado y colgado el vídeo él mismo. Hace unos días fue viendo un vídeo aquí en España, una especie de camino (por llamarlo de alguna manera) de menos de 1 metro pegado a la ladera de una montaña y por donde la gente pasa. Lo llaman deporte de riesgo...

Dejando estos males a parte también tengo otros como el de ser un miedoso en cuanto a lo que es la vida en si misma. He tardado años en dar el salto e irme de casa, tenía miedo de quedarme por matar a los vecinos, a irme por enfrontarme a lo que es ser independiente, la compra del piso, la hipoteca, los pagos y facturas, incluso hasta cocinar. ¿Como se puede ser tan inútil? ¿Por qué me cuesta tanto dar esos pasos? Y lo peor de todo, cuando ya has hecho muchas de esas cosas; ¿por qué aún sigues teniendo miedo de lo que vendrá? En mi caso la experiencia no sirve de nada.

El dolor. Ya lo he comentado antes. Nada de miedo a morir pero si al dolor y a la enfermedad.
Mi salud también se ha ido resintiendo con los años, nada grave, pero van saliendo cosillas. Ahora mismo llevo más de un mes de baja, la primera importante en mi vida y todo porque tengo el menisco de la rodilla izquierda roto. Llevaba tiempo con molestias en la rodilla (lo achaco a una caída por las escaleras hace ya bastantes meses) y la cosa empeoró en navidades pasadas gracias a una gripe... que no se curaba (esa es otra). Finalmente cojo la baja por la gripe y tras una semana de reposo noto como la rodilla pasa de molestarme a dolerme hasta el punto de que cada vez camino peor. Otra baja y finalmente me hacen una resonancia; rotura de menisco. Puta suerte.

A la espera de que me operen (no es agradable entrar en un quirófano sea cual sea la operación) y mis planes de otra operación que tenía en mente al traste por el momento. ¿No querías sopa? Pues toma dos cucharadas...

Y claro, cuando no puedes hacer tu vida normal y pasas muuuucho tiempo dándole a la cabeza pues lo típico; te vienen cada vez más pensamientos negativos que no te abandonan ni de día ni de noche, que se pasan dentro de ti todo el tiempo y te lían y desordenan todo lo que tenías en mente.

Resumiendo; que no controlas ni tu propia puta vida. Y eso también me asusta y mucho.

PD: Siento la rajada.

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