miércoles, 28 de febrero de 2024

La Cara Más Fea Del Deporte

 


El sábado pasado fui a ver un partido de fútbol de categoría infantil, que para quien no lo sepa es de chavales de 12 y 13 años. Fui porque uno de los entrenadores es amigo mío y tampoco tenía demasiado que hacer, si somos sinceros.

No voy a decir que lo que vi allí me trastocara, de hecho las cosas tampoco han cambiado de una manera loquísima de cuando yo tenía esa edad y jugaba a baloncesto. A pesar de que el basket tuvo un boom importantísimo en España, nunca a nuestro nivel (escolar) juntamos tanta gente de público como el otro día había en el campo. De hecho a algunos de nosotros casi nunca venían nuestros padres a vernos jugar.

Tampoco voy a decir que nosotros éramos ángeles, aunque con 12 años éramos un tanto más inocentes (no sé si esa es la palabra adecuada) de lo que ahora son los chavales. Pero lo que vi el sábado, son los chavales los que menos tienen que avergonzarse ya que prácticamente lo único criticable (y hasta cierto punto es normal) eran las acciones que habían copiado de sus ídolos. Y no, no hablo de regates espectaculares, remates certeros o nada que ver con lo que son las habilidades sobre el césped, si no esos gestos tan absurdos que se les quedan, tales como el de escupir repetidamente (jamás entenderé ese exceso de saliva en la boca cuando estás haciendo deporte), el tirar la botella de agua al suelo en vez de dársela a un compañero que está junto a ellos cuando se acercan a beber o ya algunas celebraciones con gestitos de fantasma cuando marcaban un gol. Pero a parte de estas cosas que ya digo que son relativamente normales tampoco había donde achacarles nada.

Otra cosa fue el entrenador rival.

Estás entrenando a un grupo de chavales de 12 y 13 años, que salvo un par por equipo que ha pegado el estirón antes que el resto, los demás son niños. Algunos muy niños. Y tu estás en la banda durante todo el partido gritando, soltando tacos y recriminando al árbitro (que tendría 16 años como mucho) constantemente y de mala manera jugada tras jugada. En cambio el otro entrenador, y no es porque sea mi amigo, estuvo todo el tiempo animando a los suyos, no se quejó de nada al árbitro y cuando terminaron el partido fue a darle la mano a todos los chavales del equipo rival. Chapaeu!

Si tu estás en esta categoría o en otras inferiores, tu labor es la de formar y no tanto la de ganar. Los chavales están ahí sobre todo para divertirse y no para llevarse broncas o frustrarse si han perdido. Que no se están jugando el ser campeones del mundo!

Y poco formas cuando estás gritando continuamente y soltando tacos como si estuvieras en un bar de borrachos. Y menos gritarle a un chico de 16 años que está pitando (solo había un árbitro). Encima hubo un momento, ya que su equipo estaba perdiendo ampliamente, que se dirigió hacia el banquillo rival y les soltó a los críos; "Os vais a reír de vuestra puta madre" (que me lo dijo la abuela de uno de los chavales).

Está claro que NO vales para esa faena. Déjalo.

Y luego, por supuesto, están los padres en las gradas. Si el pirado del "mister" no servía precisamente como ejemplo para la chavalada, ya están algunos padres para quedar todavía peor. Más insultos al árbitro que podría ser hijo de ellos, consignas de cuñado a sus propios hijos y comportamientos incívicos como dejar el suelo lleno de pipas o molestar a otras personas que trataban de ver el partido poniéndose en medio o incluso parándose delante de ellos y ponerse a hablar por el móvil.

Luego pasa lo que pasa en los estadios de fútbol. Si con críos de 12 años se ponen así, imagínate con el equipo de tu vida, al que sigues en plan secta.

Y todo esto se pude ver casi en todos los campos de casi todos los deportes, si, pero el fútbol se lleva la palma por goleada. No es estar errado al decir que en el fútbol hay más tonto (por no decir otras palabras) por metro cuadrado que en cualquier otro evento o deporte.

El deporte en general pero sobre todo el deporte de equipo, está lleno de lecciones y buenos consejos que luego puedes llevártelos a tu vida. El deporte bien enfocado es todo beneficio, pero la cara más fea del deporte empieza en estas categorías y se va haciendo más y más grande.


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