domingo, 13 de mayo de 2018

Hello London!


Tras París y Roma, ahora ha tocado Londres como destino vacacional familiar. Esta vez, para complicar más aún la cosa, éramos 9 personas. 9 personas a las que había que buscar un vuelo lo más económico posible, un lugar donde cupiéramos todos y un planning lo más extenso y entretenido posible... sin matarlos andando durante todo el día.

Y claro, todo eso recayó en mi. Yo me tuve que currar TODO el trabajo de búsqueda, contactos, reservas y recaudación de la pasta. Encima tuve que ir detrás de la gente para que pagara SU viaje.
Quien me mandará meterme en estas cosas...

A todo eso añádele un grave problema familiar que hizo que hasta 2 días antes no estuviera claro que viajáramos todos, después de haber pagado y sin posibilidad de cancelar...

Finalmente el sábado 28 de abril estábamos en el aeropuerto de El Prat para coger el vuelo de British Airways que nos llevaría a Londres...

Después de unas semanas de temperaturas casi veraniegas el cambio de tiempo nos jugó una mala pasada, aunque estábamos ya advertidos. Tuvimos la mala suerte de pillar 3 días de viento, frío, lluvia fina, días nublados y tan sólo medio de sol. Cosas que pasan.

Aún así hicimos bastantes cosas... o relativamente bastantes cosas. Me jode mucho volver a una ciudad (estuve en el 2008) y prácticamente no ver casi nada nuevo con respecto a ese anterior viaje. Tu intentas diseñar un viaje metiendo a saco lo máximo que el tiempo (y el ritmo de la gente) te permita pero en casos de grandes ciudades te das cuenta de que 4 días (que finalmente son 3 y medio) no te dan tiempo a mucho.

El primer día llegamos a Heathrow y de allí directos a la magnífica casa que habíamos alquilado. Una preciosa casa de 3 plantas en el barrio de Shepherd's Bush que nos dejó maravillados. Dejamos las maletas, nos instalamos cada uno en su habitación y nos preparamos para comenzar la visita.

Bus desde la puerta de casa hacia Oxford St. dando un paseo por una de las calles principales. Tiendas (relativamente asequibles), mucho trafico y mucha gente (de todas partes). Bajas por New Bond St. y aquí las tiendas son prohibitivas, el tráfico baja y la gente cambia con respecto a la anterior. Llegas a Picadilly y te das de morros con uno de esos puntos míticos; los anuncios luminosos y la estatua de Anteros. La plaza, que más bien es una intersección de calles no tiene nada pero es mítico y punto. No le busques más, leñe!

Desde ahí (y siempre andando, jeje) llegamos a Leicester Square, en el corazón del West End, la zona de los teatros. Como la memoria me falla no sé si fue en ese momento en el que entramos en la tienda de 4 plantas de M&M's o si fue más tarde (se que luego volveríamos en otro día). Lo que está claro es que comimos en un restaurante de la plaza y ya que estábamos en Inglaterra y hay que conocer el país y sus costumbres... comimos en un italiano! Yo pedí hamburguesa y todos los demás pizza. No hay nada más British que la pizza! Of course.

Mi mente ya me juega malas pasadas y me asusta pensar que quizás el Alzheimer ya se está dejando caer, pero no recuerdo al 100% los sitios que visitamos en cada día, y eso que YO diseñé el viaje dándole mil vueltas para tratar de cuadrar.

Creo que fuimos desde allí a Covent Garden, una de las zonas más chulas de la ciudad. Un lugar de reunión rodeado de posibilidades. Estuvimos mirando algunas tiendas y yo me escapé a una diminuta tienda de juguetes artesanales y me compré una pequeña caja de música que tocaba el Nessum Dorma.

Desde allí nos dirigimos al Thames, vamos; al rio. Cruzamos por uno de sus puentes, pasamos por debajo del London Eye (ya subiríamos al día siguiente) y volvimos a cruzar a la otra orilla por el puente frente al Parlamento. Que por cierto estaba en obras al igual que la torre del reloj (donde está el Big Ben).

Desde allí, repito; andando, nos acercamos a Buckingham Palace (a ver si estaba Isa) que después de ver el Palacio de Versalles te parece una torre en Castelldefels y desde ahí cruzamos por Green Park para ir al metro y volver a casa. Para el primer día no había estado mal.

El segundo día teníamos algunas cosas programadas; museo Madame Tussauds donde puedes fantasear tocando a algunos de tus ídolos o sueños eróticos (impresionante Nicole Kidman...) y reírte haciendo el chorra en las fotos. Estaba petadísimo y para según que foto tenías que hacer cola. Te pasas allí más de 3 horas sin darte cuenta. Además con respecto a mi anterior visita habían cambiado muchas cosas.

A la salida, pitando para Candem Town que es una zona espectacular y que hay que ver una vez en la vida, a pesar de que ahora ya es de lo más turístico y que habrá perdido la magia de sus años más locos.

Allí me probé una chupa de cuero increíble y que no me llevé por no escuchar a mi madre por el resto de mis días. Muchas tiendas con cosas super molonas, gente sin ningún tipo de complejos, única, con personalidad, y una zona para comer en la que podías encontrar de todo y para todos. Alguno de los míos comió en un Enrique Tomás así que ya os lo digo todo.
Otros esta vez si que quisieron acercarse a las especialidades del país y probaron el "fish&chips".

Como el mercado cierra a las 6 de la tarde cruzamos media ciudad (esta vez en metro, claro) para volver a la zona del rio, ya que teníamos hora para subir a la gran noria.

Esta es una de esas cosas que no hubiera repetido con respecto a la primera vez, pero como vas con gente pues lo vuelves a hacer. El London Eye es para subir una sola vez ya que tiene unas vistas (si el día acompaña) tremendas sobre la ciudad pero ya está.

Nuevamente mi cabeza se llena de lagunas pero creo que eso fue lo último que hicimos ese día.

El lunes, al museo británico. 3 problemas; mucho turista, es gratis y ese día llovía. Museo a tope.
Hicimos una cola doble que cubría 2 partes de su perímetro para entrar casi al mediodía.

En la segunda sala 2 de los nuestros deciden que ya se han empapado suficiente de cultura y que nos esperan en la cafetería. 2 salas más tarde el grupo se divide y perdemos a otros 2. El resto continuamos de manera fragmentada y finalmente (sin verlo entero) nos encontramos en la tienda de recuerdos.

Otra vez me perdí la oportunidad de estar frente a la piedra Roseta ya que había un mar de gente con sus móviles echando miles de fotos. Disfruté de la zona egipcia.

A la salida del museo paramos a comer en otro característico lugar del país; el Five Guys (es cosa, es una hamburguesería yankee pero que nada tiene que ver con McDonalds o Burguer King).

Metro en dirección al Tower Bridge (que fue de lo poco nuevo que visité esta vez). Lo cruzamos, lo admiramos y pasamos junto al London Tower que me jode de sobremanera habérmelo perdido, pero es que materialmente no había tiempo para más en esos pocos días. A la tercera...

Lo siguiente fue el famoso Harrods, donde había camisetas de manga corta, blancas, a 260 libras y donde te podías perfumar gratis en los servicios...
Una vuelta para ver cosas de esa otra vida que algunos llevan y que son paralelas a las nuestras. Es brutal la cantidad de Bentley's, Ferrari, Mercedes, BMW, Rolls que ha visto. De hecho en nuestro barrio, que no dejaba de ser un barrio a las afueras del centro, había un concesionario de Aston Martin. En Londres hay una cantidad de pasta insultante.

Tras babear en Harrods decidimos que había que visitar Hyde Park de todas formas. En mi plan original estaba el pasar un par de horas tirados en el césped, comiendo un helado, riendo y haciendo el cabra, pero en la realidad pasamos viendo unos pequeños rayos de sol en el atardecer (que también tuvo su valor) pero con el cuello de las chaquetas hasta arriba.

Desde ahí, para casa. Yo tenía la esperanza de que al menos en la última noche que estuviéramos en Londres nos dejaríamos caer por el centro a tomar unas pintas, a movernos viendo las luces de la ciudad y esas cosas. A las 10 de la noche todos estaban en sus camas y yo (que no dormí ni un solo día en mi cama) en la salida viendo la tele (que en abierto es tan mala como la nuestra).

Llegó el último día. El "check-out" era temprano, a las 10 de la mañana y el vuelo lo teníamos a las 5 de la tarde, por lo que decidimos volver al centro para pasar un par de horas dando una vuelta. Picadilly, Leicester Square (otra vez en el M&M´s World, en la tienda de Lego), Chinatown (ahora me viene a la cabeza que ya la vimos el primer día) y poco más. Metro hasta el aeropuerto y a las 8 y poco de la tarde estábamos de vuelta en Barcelona.

Para resumir el viaje diré que no hubo ningún problema ni tirantez, y que estando allí se habló de la posibilidad de viajar a Nueva York en el 2020... Ya les dejé claro que yo no me ocuparía de todo esta vez. ¿Seguro? We'll see...

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