Desde que en 1976 inventara de la nada (junto a su colega Steve Wozniak), la compañía Apple en el garaje de su casa, ha tenido una carrera que le ha llevado a ser uno de los nombres capitales en la era de la tecnología. En 1980 ya era multimillonario y poco después estaba diseñando los equipos mas complejos (y caros, todo hay que decirlo) que poco a poco entrarían en las casas y terminarían siendo casi necesarios para entender la época en la que vivimos.
Él se adelantó a muchas cosas pero aún así tuvo sus momentos malos, como por ejemplo el ser despedido de su propia creación. Ningún problema; se va de Apple y crea Pixar y la vuelve a armar. Lo que esa compañía ha logrado en el mundo del cine es algo asombroso.
Mas tarde de nuevo en casa, llega a Apple con multitud de ideas y con el propósito de poner la marca de la manzanita al nivel de su máxima competidora; Microsoft.
En unos años pasa de hacer los equipos mas vistosos y espectaculares (todo el mundo soñaba con tener un Macintosh) a pegar el pelotazo mundial con los nuevos iMac (la mejor compra tecnológica que he hecho en mi vida), el iPod del que se han vendido millones y millones y millones de unidades a ya llegar al famoso iPhone con el que medio mundo se volvió loco.
Steve Jobs era una fuerza imparable. Cada una de sus apariciones con sus vaqueros y su camiseta negra hacían temblar a sus competidores, ya que con cada nueva presentación ponía mas distancia entre ellos. El hombre que otorgó belleza a sus máquinas ha dejado la compañía con un valor de mas de 350.000 millones de dólares.
Por ahí dicen que en la historia de la humanidad hay 3 manzanas que cambiaron el mundo; la de Eva, la de Isaac Newton y ahora, la de Steve Jobs.
Lamentablemente esa fuerza imparable se topó con la terrible enfermedad que está haciendo estragos entre todos nosotros.
Descanse en paz, genio.
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