Después de haber presenciado lo que George Lucas hizo con la fantástica trilogía de Star Wars, uno tenia ciertos reparos en que Indiana Jones se volviera a enfundar su sombrero. Pero Lucas en esta ocasión no estaba solo; Steven Spielberg estaba presente en el proyecto y eso cambia mucho las cosas. Muchísimo.
El hecho de que hubieran pasado 19 años desde la anterior película y que Harrison Ford este a punto de cumplir los 66 también son motivos para pensárselo. Además, las anteriores películas conformaban una trilogía perfecta que unían fantasía y acción junto al posiblemente personaje con mas carisma del cine.
El listón estaba muy alto... y puedo decir que la nueva película me encanto. Ya no solo por el hecho de volver a ver a Indy meterse en los peores fregaos posibles, si no porque en su argumento han destacado las similitudes entre varias culturas que han habitado en la tierra y que, en teoría, poco o nada deberían tener entre si, separadas por el tiempo y su situación geográfica.
Tampoco me voy a poner aquí a exponer mis teorías, solo decir que me pareció genial.
La historia gira en torno a una calavera de cristal, un "oopart" (objeto fuera de lugar), de Roswell 1947, de los rusos, de pruebas nucleares, de serpientes, persecuciones imposibles, látigos, malotes, descubrimientos familiares,... vaya; todo un mix.
Indiana Jones en su máxima expresión. Fantástica.
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