viernes, 8 de noviembre de 2024

Quincy Delight Jones Jr

 

No por esperada (tenía 91 años) deja de sorprender y doler su marcha. Quincy Jones, la persona, se apagaba definitivamente hace unos días. Quincy Jones, el mito, hace décadas que se hizo inmortal.

Hablamos de uno de los mayores genios (con que facilidad usamos este termino a veces) de la música de los últimos 100 años. Un músico que hace que creas en el destino porque parece que estaba llamado a ser eso. Su madre le cantaba canciones religiosas en casa y un vecino que tocaba el piano le dejó trastear con el a los 5 años... y luego era incapaz de alejarlo del instrumento.

Siendo adolescente ya formó parte la primera banda, más tarde estudio música en el instituto, trompeta y arreglos y recibiría una beca para estudiar en la prestigiosa Berklee Music College de Boston.

Con 20 años formaba parte de la orquesta de Lionel Hampton y haría su primera gira por Europa. Allí se encontraría con otras formas de entender la música y poco después tendría la oportunidad de recibir clases de Nadia Boulanger, quizás (y sin quizás) la más importante profesora de música clásica del siglo XX.

De vuelta a los Estados Unidos y con 21 años decide ir por libre y trabajar para quien requiriera de sus talentos, ya fuera componiendo, arreglando, tocando o produciendo. Incluso tocó la trompeta en un par de actuaciones de Elvis Presley para televisión.

Otra gran leyenda del jazz, como fue Dizzie Gillispie, le nombra director musical de su banda y firma un contrato con la ABC-Paramount para crear su propia banda.

Colabora con Dinah Washington, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan o Count Basie y entonces llega la llamada, o mejor dicho: LA LLAMADA; Frank Sinatra -La Voz- le encarga los arreglos para sus actuaciones en The Sands, en las Vegas y le gusta tanto su trabajo que se vuelve a llamar para que sea quien produzca su álbum junto a Count Basie.

Jones ya ha alcanzado el techo con su colaboración con Sinatra pero no quiere detenerse ahí y decide expandir sus talentos. En los años 60 se mete en el mundo de las bandas sonoras y crea algunas de las más notables de los 60 o 70; "En el calor de la noche", "A sangra fría", "Raíces" o ya en los 80 "El color púrpura".

Y a parte del jazz, la música de orquesta y los discos de bandas sonoras también se adentra en la música más mainstream. Con una jovencísima Lesley Gore logra su primer número 1 como productor con el tema "I'ts my party" que además supone el primer encuentro junto al ingeniero Bruce Swedien con el que trabajaría durante las próximas décadas.

En esa etapa de los años 70 trabaja junto a Aretha Franklin, Donny Hathaway, Tony Bennett, Rufus & Chaka Khan o los Brothers Johnson.

En 1977 el director Sidney Lumet se atreve a hacer una versión musical y con solo artistas negros de "El mago de Oz". "The Wiz" sería una importante apuesta que terminaría siendo un fracaso económico pero esa película significaría un hito decisivo en la música de los siguientes años porque Jones y Michael Jackson trabajarían juntos por primera vez.

El trabajo que juntos crearían durante la próxima década se traduce en cientos de millones de discos vendidos, todos los premios posibles y el ascenso como mayor estrella del planeta de un joven negro. Quincy y Michael y Bruce Swedien y Rod Temperton, forman el mejor y más perfecto equipo musical y para los anales quedan los logros que obtuvieron.

Pasada esa etapa Jones obtiene algunos grandes logros más pero nunca llegando a acercarse a los de la trilogía "Off The Wall - Thriller - Bad". En este tiempo trabaja con gente como James Ingram, Patti Austin, Donna Summer, Tevin Campbell, Al B Sure o The Winans pero su faceta como productor va pasando a un segundo termino y la de empresario toma la delantera.

Crea exitosas series como "The Fresh Prince of Bel Air" o publicaciones como "Vibe".

En los últimos años sus historias musicales decaen y toma protagonismo algunas entrevistas más que desafortunadas pero no quiero quedarme con esta parte de su vida y más cuando nos ha dado tanto anteriormente.

Quincy Jones ayudó a redefinir un nuevo sonido para la música, eso que pasa muy pocas veces.

DEP y gracias por la magia.