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El álbum "Erotica" demostró que Madonna estaba perdiendo fuelle; en 6 años pasó de vender 25 millones de copias con "True Blue", a vender 15 con "Like A Virgin" y poco más de 6 con este quinto disco. Pero su leyenda continuaba creciendo, aunque tal vez de manera negativa.
Ella empeñada en mostrarse ante el público hizo coincidir la salida del Lp con un libro que ya con su título dejaba bastante claro el tema; "Sex". Se trataba de un libro de 128 páginas con multitud de fotografías tanto de ella como de otros amigos famosos (o no) en situaciones sexuales. Esas fotos iban acompañadas de textos escritos por ella misma que no pasarían el corte de cualquier página de relatos porno. Nuevamente el escándalo se desató pero lo cierto es que el libro (que era caro) se vendió bastante bien.
Toda esa sobreexposición sexual comenzaba a saturar al público y más cuando un año después del disco Madonna vuelve al cine con una película llamada "The Body Of Evidence" con escenas de sexo y que tuvo que ser editada para no ser considerada porno en los moralistas Estados Unidos. El film a pesar de contar con William Dafoe y Julianne Moore fue un tremendo fracaso.
Musicalmente el siguiente paso fue editar el tema "Bad Girl" que rompió la racha de 27 singles llegando al Top-20 americano desde "Holiday" en 1983. Era una buena balada aunque la interpretación de Madonna era muy nasal y su voz sonaba un tanto débil. En algunos mercados fue su cara B la que entró en listas, una versión en clave house del clásico "Fever".
El cuarto single de "Erotica" fue "Rain", tema compuesto por ella junto a Pettibone y tuvo un impacto mucho más positivo entre el público por no tener la cansina temática sexual. "Rain" mejoró los resultados de "Bad Girl" aunque tampoco fue un gran éxito, logrando el séptimo lugar en el Reino Unido y el #14 en USA.
A parte del disco y el libro, Madonna crearía la compañía Maverick, como filial de Warner Records, que además de llevar sus propios trabajos respaldaría el de otros artistas. El sello de Madonna estuvo desde 1992 hasta 2004, cuando finalmente ella vendió sus derechos a Warner. El contrato puso a Madonna prácticamente a la altura de Michael Jackson en cuanto a los royalties que obtenía por la venta de cada álbum. Al año siguiente sería Prince el que tendría este trato de favor con Warner.
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