martes, 13 de diciembre de 2016

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?


No, en esta entrada no voy a hablar sobre esas personas que confunden términos, o tratan de engañarte con ellos diciendo que buscan una cosa cuando lo cierto es que es justo lo contrario.
Voy a colgar 2 noticias que hablan hasta donde somos capaces de llegar por el tema del sexo, del que estamos complemente atrapados y enganchados. Hablo por todos, eh!

La primera la lei ayer tarde y me dejó tonto:
"Detenido en Argentina un cirujano plástico mientras se operaba así mismo para alargarse el pene"

A este fenomeno no lo detuvieron por operarse así mismo en su propia casa, si no por ser sospechoso de "mala praxis" en la muerte de una paciente. Cuando llegaron se lo encontraron en faena y con la zona casi en cangrena...

Y digo yo ¿no es más fácil -con el sueldo de un cirujano- comprarse un deportivo descapotable?

Y la segunda hace algún tiempo:
"Una empresa gallega inventa el colchón anti infidelidad"

"Smarttress" es el nombre del artilugio del demonio. Parece ser que "Durmet", una empresa gallega ha inventado un colchón lleno de sensores que detecta si ha habido actividad sexual y no sólo contento con ello, te envía un mensaje al móvil para que lo sepas. Vamos; colchón chivato.

Atención a la explicación:

«Externamente el colchón es exactamente igual que cualquier otra pieza del mercado. Por dentro, sin embargo, una red de 24 sensores ultrasónicos detectan los cambios de presión en los distintos puntos del colchón en todo momento y además calculan las presiones, ritmos y cadencias y todas esa información se envía a un micro controlador que calcula las mediciones y las compara y diferencia de cualquier otra actividad sobre la cama, es decir, es muy capaz de distinguir entre los saltos de unos niños jugando, de las presiones ejercidas en el juego del acto sexual».

El precio del colchón es de 1.500¢.

1 comentario:

Olga dijo...

¿Esto es cierto? Joder! Pues va a ser verdad que nos vamos a la mierda, si nos tenemos que gastar 1500 pavos, para saber si la pareja nos pone los cuernos. No se les ocurrirá comunicarse y ser sinceros, eso no, no sea que la relación al final acabe funcionando!! Cuanta hipocresía respiramos.