sábado, 10 de julio de 2010

Rojo... De Vergüenza

Tremendo. Era de esperar pero aún así no deja de sorprender el nivel de fanatismo... o la facilidad que tiene la gente de arrimarse a lo que sea con tal de montar una fiesta.

La selección española de fútbol es, por primera vez en su historia, finalista en una copa del mundo y eso es un logro espectacular deportivamente hablando.

No vamos a descubrir ahora al Dios Fútbol y su poder de congregar a las masas pero viendo como está el país respondiendo a su equipo es digno de estudio.

Resulta increíble ver como los Telediarios abren directamente con "noticias" desde Sudáfrica (aunque ni tan siquiera haya jugado la selección), como se emite en directo como un pulpo "elige" al ganador de los partidos o incluso ver a "la Quintana" o a "la Esteban" en plan animadoras. Todo vale cuando hablamos de audiencias televisivas.

Viendo todo esto es hasta casi normal ver las reacciones que la gente de la calle tiene en cuanto les ponen una cámara o un micro ante sus narices. Ataviados con la bandera, con las caras pintadas de rojo y amarillo y normalmente con una jarra de cerveza en las manos, se prestan al juego de las cadenas de televisión y montan su numerito; gritos, cánticos, algún que otro improperio y demás lindezas con tal de captar la atención del cámara y salir así... en la siguiente edición del Telenoticias de turno.

Curioso es ver el papel de las féminas en todo esto. Que no se tome esto por un comentario machista pero salvo un pequeño porcentaje ellas nunca habían seguido el fútbol y ahora las ves las primeras en las plazas gritando los nombres de Torres o de Villa, lo que a mi me da a entender que todo este tinglado es la excusa perfecta para salir a la calle a beber y a divertirse (bebiendo, claro).

Luego, por si fuera poco, aún tenemos que escuchar o leer las declaraciones de un jugador que dice que los españoles hemos olvidado la crisis con este mundial.

En fin...

Plazas de pueblos y ciudades abarrotadas de gente, gran parte de ellos muy jóvenes, que luego son incapaces (o directamente les importa una mierda) de hacer algo para cambiar muchas de las cosas con las que tenemos que tragar en la vida real.

Que viva España.

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